El grupo AFAL, Agrupación Fotográfica
Almeriense, es un colectivo de fotógrafos españoles que se forma en Almería en
1950. Esta agrupación unió a fotógrafos de toda España con el objetivo de
conseguir una renovación de la fotografía española a través de una fotografía
personal y de calidad, que ofreciese una visión crítica, sincera y humana de
España de la mitad del siglo XX, centrada en la vida cotidiana.
Esta agrupación surgió en el marco de un
movimiento asociacionista fotográfico en España iniciado en 1945, ya que antes
de la Guerra Civil española solo existían unas pocas sociedades que son: la
Real Sociedad Fotográfica de Madrid; la Real Sociedad Fotográfica de Zaragoza;
la Agrupación Fotográfica de Cataluña y el Foto Club de Valencia.
La fotografía tuvo especial importancia
alrededor de los años 50 ya que quería mostrar los estragos que la posguerra
había dejado en España durante esa época. Sin embargo la dictadura franquista
no permitió que muchas fotografías fueran publicadas. A finales de la década de
los 50, con el final de la autarquía, el franquismo falangista, el hambre y la
escasez, la fotografía pudo expresarse con cierta libertad siempre con el visto
bueno de la censura.
El grupo AFAL llegó a contar con numerosos colaboradores de todo el país, entre los que se encuentran fotógrafos como José María Artero García, Joan Colom, Gabriel Cualladó, Francisco Gómez, Ramón Masats, Carlos Pérez Siquier, Alberto Schommer, Oriol Maspons, Ricardo Terré, Julio Ubiña, Francesc Catalá Roca, Gerardo Vielba, Xavier Miserachs, Leopoldo Pomés, Ramón Bargués, Gonzalo Juanes, o Francisco Ontañón.
Carlos Pérez Siquier:
Nació en Almería. Mostró cualidades creativas a
muy temprana edad, que finalmente se plasmarían a través de su cámara. Junto
con José María Artero fundó la revista Afal. Entre sus trabajos más destacados
están las fotografías del barrio almeriense de La Chanca. Presenta una
fotografía humanista próxima a su filosofía del neorrealismo italiano, realizó
varios trabajos para el Ministerio de Información y Turismo.
Oriol
Maspons:
Nació en Barcelona. Desde sus comienzos captó,
como fotógrafo, la exigencia y originalidad de su trabajo. Viajó a París donde
pudo crecer tanto como artista como profesional. Volvió a España para así poder
introducir en la fotografía española las experiencias e influencias que había
adquirido. Ejerció la fotografía sin descartar géneros ni disciplinas, fue
fotógrafo en moda y cultivó la publicidad e incluso actuó como reportero para
la revista Gaceta Ilustrada
Joan Colom:
Nació en Barcelona. A los 36 años comenzó su
carrera fotográfica, siempre dispuesto a captar los momentos cotidianos de la
gente. Se convirtió en un testigo inesperado y curioso, cada vez más dotado en
el arte de fotografiar sin ser visto. Una parte de las fotos de Colom mostraba
un ambiente marginal, impropio de los valores de aquel tiempo.
Ricardo Terré:
De origen catalán, dio sus primeros pasos como
pintor y autor de caricaturas. En 1955 llegó a comprender que la cámara podía
ser un instrumento muy eficaz como herramienta para las bellas artes.
Convencido de las ventajas del asociacionismo formó parte del grupo Afal como
miembro del comité directivo. Sus exposiciones individuales comenzaron en 1961,
así como sus “selfportraits” y de ahí se impulsó hacia una gran trayectoria en
la que alcanzó un gran prestigio.
Francisco Ontañon:
Nació en Barcelona. Fue un autor de portadas de
disco, tuvo una afortunada trayectoria, que ganó gracias a su sutileza. Él
mismo se reconoce como un interlocutor que pretende comunicar todo aquello que
pasa desapercibido. Figuró entre los fundadores del grupo La Palangana. No
extraña que juzgue al periodismo gráfico como un medio de vida material y
espiritual. Este fotógrafo catalán también formó parte del equipo del diario El
País y fue galardonado con el premio Nacional de Periodismo Gráfico.
Ramón Massats:
Fotógrafo catalán nacido en 1931. Ingreso en el Grupo AFAL acompañado por Xavier Miserachs y Ricardo Terré
que lo acompañaron en sus primeros pasos. Fue premiado en 1956 con el premio
Luis Navarro de Fotografía de Vanguardia. Fue contratado como fotógrafo de un
periódico llamado la Gaceta Ilustrada. Siempre trabajó en la fotografía
creativa, formará parte de La Palangana y posteriormente en el Grupo AFAL.
Cultivó dos formatos: el cinematográfico y el
televisivo, fue tan importante su influencia que incluso Televisión Española
emitió trabajos suyos como Los Ríos y El Prado Vivo.
Gabriel Cualladó:
Valenciano nacido en 1925, empezó sus primeras
fotografías 1951.
Desde 1956 formó parte de la Real Sociedad
Fotográfica e ingresó en el Grupo AFAL.
Inició su gran carrera con el premio de honor
del salón nacional de la Real Sociedad Fotográfica. También cabe destacar que
formó parte de La Palangana, para evolucionar y no estancarse en el documentalismo
clasicista. Consiguió una gran cantidad de premios entre los cuales se
encuentran el trofeo Luis Navarro de Fotografía Vanguardista o Premio al Mejor
Retrato de la Fotografía de Sandes (Noruega).
Alberto Schommer:
Fotógrafo de Vitoria nacido en 1928. Estuvo
influido por el retrato, impuesto por su padre. Tuvo grandes influencias de
distintos centros europeos, y finalizó sus estudios en Alemania en 1952. En
1959 se unió al grupo AFAL.
A causa de sus inquietudes quiso enriquecer la
fórmula del retrato. Aunque Schommer delineaba la personalidad retratada con
una fuerza expresiva sin parangón nunca dejo de lado otros géneros de la
fotografía. Difundió su obra en instituciones como el Museo Español de Arte
Contemporáneo y el Centro de Fotografía Creativa de Tucson. En 1956, fue
nombrado miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid.
Escribió colecciones como Civilizaciones y Cascografías volumétricas, que son
fotomontajes tratados con instrumentos químicos.
Tras la elección de José María Artero García
como presidente de la asociación en 1955 y de Carlos Pérez Siquier como
secretario se buscaron nuevos objetivos para el grupo. De esta forma el grupo
AFAL rechazó el academicismo pictorialista en el que se encontraban enmarcadas
las demás sociedades fotográficas, que aspiraban a conseguir la misma estética
que la pintura. Buscaron una fotografía que pudiera ofrecer un enfoque más
vanguardista, innovador y diferente que la pintura. Reivindicando así lo
auténtico, por encima de la calidad técnica y de los valores formales.
Según explicó Terré, se trataba de un trabajo de
compromiso, cargado de discurso y de lenguaje, y con una base estética
fundamental.
En ningún momento reivindicaron el concepto de
arte en su fotografía, sino que apostaron por una fotografía menos tradicional
y más viva, dinámica e intelectual, capaz de conectar con las nuevas corrientes
de expresión que se habían desarrollado después de la Segunda Guerra Mundial y
que todavía no habían entrado en España.
El grupo AFAL funda la revista Afal como medio
de transmisión de cultura y comunicación abierto a nuevas formas fotográficas
en 1956. En ella se incluyeron textos clásicos, poéticos y literarios de muchos
escritores y poetas, entre los que se encuentran miembros de la Generación del
98 y de la Generación del 27. A partir de 1958 además de tratar la fotografía
se le concedió una gran importancia al cine, e incluso se llegó a producir una
edición bilingüe, en español y en francés, con corresponsales en París, Milán,
Bruselas y Londres.
El grupo AFAL continuó tratando la realidad
social de la época con la que se comprometieron desde el principio, lo que hizo
que tuviesen que luchar contra las limitaciones de la censura impuesta por la
dictadura. Todo el material literario y gráfico desarrollado tenía que pasar
por el sello de la delegación almeriense del Ministerio de la Información, y en
casos dudosos, estos contenidos eran trasladados a la central de Madrid. Muchos
textos y fotografías fueron prohibidos o censurados por el régimen franquista,
ya fuera por incumplir con la ideología del régimen o por supuestas
transgresiones de la moral y las buenas costumbres.
Franco intentó a toda costa ocultar las
condiciones de pobreza y marginación que sufría una parte importante de la
población, lo que hizo que la documentación de la pobreza como realidad social
fuese considerado como un acto de sabotaje contra el régimen franquista, que trataba
de transmitir una imagen heroica de la población y de progreso, a pesar de la
absoluta pobreza en la que quedó España tras la Guerra Civil.
La revista permitió a numerosos fotógrafos
españoles de diferentes campos unirse contra la cultura oficial promovida por
el franquismo. Estos fotógrafos de distintos puntos de España no solo lograron
mostrar sus fotos al público, también fueron capaces de dar a conocer su
trabajo fuera de España y establecer contacto con otros fotógrafos extranjeros,
además de conseguir acceso a eventos y exposiciones de fotografía fuera del
país, como la exposición fotográfica mundial realizada en el Museo de Arte
Moderno de Nueva York en 1959.
La revista continuó editándose hasta 1963,
llegando a alcanzar 36 números a pesar de las dificultades económicas, poco
después se produjo la disolución del grupo. Gracias al grupo AFAL, el camino ya
estaba despejado y sus pasos fueron seguidos por otras publicaciones,
existiendo una mayor libertad fotográfica.
El proyecto del grupo AFAL resultó ser un gran
avance contra el aislamiento internacional de la fotografía española y gracias
a su realismo documental el grupo AFAL fue calificado como la segunda
vanguardia fotográfica española.
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